¿Qué es un ataque de pánico?
Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca una serie de síntomas físicos y psicológicos. Aunque su duración es limitada (alrededor de 10 a 20 minutos), la experiencia puede resultar abrumadora, llevando a la persona a sentir que está perdiendo el control o sufriendo una emergencia médica grave como un ataque al corazón. Durante el episodio, la sensación de falta de control y un miedo intenso son predominantes.
Estadísticas sobre los ataques de pánico
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), aproximadamente el 2.7% de la población adulta de EE. UU. padece trastorno de pánico anualmente, siendo las mujeres las más afectadas. Estudios indican que las mujeres tienen casi el doble de probabilidad de experimentar ataques de pánico en comparación con los hombres.
¿Por qué ocurren los ataques de pánico?
Las causas de los ataques de pánico son multifactoriales y varían entre las personas. Existen factores genéticos que pueden predisponer a sufrir estos episodios; por ejemplo, entre el 30 y el 40% de las personas que sufren ataques de pánico tienen antecedentes familiares de trastornos de ansiedad. Además, el estrés crónico, los desequilibrios químicos en el cerebro y ciertos factores ambientales pueden desencadenar los ataques.
Síntomas de un ataque de pánico
Durante un ataque de pánico, las personas experimentan una amplia gama de síntomas, tanto físicos como emocionales. Estos incluyen:
- Taquicardia: Latidos rápidos y fuertes del corazón.
- Dificultad para respirar: A menudo descrito como la sensación de «no poder respirar» o hiperventilación.
- Miedo intenso: Puede ser la sensación de que se está muriendo o de que está a punto de perder el control.
- Mareo: Acompañado de una sensación de desmayo o inestabilidad.
- Dolor en el pecho: Frecuentemente confundido con síntomas de un ataque cardíaco.
Ataque de pánico e hiperventilación
Uno de los síntomas más comunes es la hiperventilación, que ocurre cuando la persona respira de forma rápida y superficial, lo que reduce los niveles de dióxido de carbono en la sangre. Esto puede provocar mareos, hormigueo en las extremidades y agravar la sensación de pánico.
Sensaciones antes, durante y después de un ataque de pánico
Antes del ataque de pánico
Algunas personas pueden identificar señales de advertencia antes de sufrir un ataque de pánico. Estas señales pueden incluir:
- Ansiedad anticipatoria: Miedo constante de que ocurra un ataque.
- Tensión física: Sensaciones de malestar, dolores musculares o dolores de cabeza.
- Fatiga emocional: Experimentar estrés y agotamiento continuo.
Durante el ataque de pánico
Durante el episodio, la persona suele sentir un miedo abrumador, dificultad para respirar y otros síntomas físicos como sudoración excesiva, palpitaciones y despersonalización, es decir, la sensación de estar desconectado de uno mismo o de la realidad.
Después del ataque de pánico
Tras el ataque, es común experimentar:
- Fatiga extrema: El cuerpo se siente agotado por la liberación de adrenalina.
- Miedo residual: La persona puede quedar preocupada por la posibilidad de un nuevo ataque, lo que conduce a una ansiedad anticipatoria.
¿Qué hacer ante un ataque de pánico?
Cuando se presenta un ataque de pánico, hay varias técnicas que pueden ayudar a reducir su intensidad:
- Respiración controlada: Practicar la respiración diafragmática (inhalar por 4 segundos, sostener por 7 segundos y exhalar lentamente por 8 segundos) puede ayudar a reducir la hiperventilación.
- Reconocer los síntomas: Recordar que lo que se experimenta es un ataque de pánico, no una amenaza real a la salud, puede ayudar a calmar el miedo.
- Técnicas de grounding: Focalizar la atención en el entorno inmediato (colores, texturas, objetos) puede ayudar a restaurar una sensación de control.
Cómo ayudar a una persona con un ataque de pánico
Si alguien cercano está experimentando un ataque de pánico, hay algunas estrategias que pueden ser útiles:
- Mantén la calma: Evitar el pánico propio es crucial para no aumentar el miedo de la persona.
- Recuérdale que los síntomas son temporales: Ayudar a la persona a enfocarse en que el episodio pasará.
- Guía su respiración: Apóyala para que respire profundamente y más lentamente.
Tratamiento para los ataques de pánico
El tratamiento del trastorno de pánico generalmente incluye:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Es una de las intervenciones más efectivas para los ataques de pánico, con una tasa de éxito del 80% de mejoría en los síntomas.
- Medicamentos: En algunos casos, los antidepresivos o ansiolíticos pueden recetarse para reducir la frecuencia y la intensidad de los ataques, aunque generalmente se combinan con terapia para obtener mejores resultados.
El impacto del estrés en la población migrante y los ataques de pánico
El estrés relacionado con la migración puede tener un impacto significativo en la salud mental, y en algunos casos, desencadenar episodios de ataques de pánico. Las personas migrantes a menudo enfrentan múltiples factores estresantes, como la incertidumbre económica, barreras lingüísticas, la separación de sus seres queridos y el choque cultural. Estudios han mostrado que la migración y el proceso de adaptación a un nuevo entorno incrementan los niveles de ansiedad y pueden generar un riesgo mayor de sufrir problemas de salud mental, incluidos los ataques de pánico .
Investigaciones realizadas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) revelan que la población migrante, especialmente los refugiados y aquellos que han experimentado desplazamientos forzados, presenta una mayor prevalencia de trastornos de ansiedad y estrés postraumático (TEPT), lo que los hace más vulnerables a experimentar síntomas como ataques de pánico . Por tanto, es esencial proporcionar a estas personas acceso a apoyo psicológico y programas de salud mental adaptados a sus necesidades.
Conclusión
Los ataques de pánico son una experiencia aterradora, pero con el tratamiento adecuado y las estrategias de afrontamiento correctas, es posible controlarlos. Si tú o alguien cercano sufre ataques de pánico, es fundamental buscar ayuda de un profesional de la salud mental. Psicólogos especializados pueden ayudar a desarrollar técnicas efectivas para manejar la ansiedad y mejorar la calidad de vida.